fbpx

Un estudio sobre la resiliencia resalta la importancia del sentido del humor

COMPARTIR EN REDES

El término “resiliente” se tomó de la resistencia de los materiales, sobre todo los utilizados en la construcción, que son capaces de doblarse o resistir sacudidas o tensiones sin romperse, y recuperan la situación o forma original.

Uno de los primeros que, al parecer, lo introdujo en otros ámbitos fue el ecólogo y entomólogo forestal Crawforf Stanley Holly en un artículo que publicó en 1973 que tituló Resilience and stabilility on ecological systems. Lo divulgó también el psiquiatra y psicoanalista Boris Cyrulnik a partir de escritos de John Bowlby. Hoy el término forma parte del lenguaje habitual.

Se entiende la resiliencia como la habilidad emocional, cognitiva y sociocultural para reconocer, enfrentar y transformar constructivamente situaciones que causan daño o sufrimiento, o amenazan el desarrollo personal. En el lenguaje y las relaciones humanas de hoy está en primera línea en el mundo de la psicología, de la educación, del campo laboral y de las relaciones afectivas. Se tiene en gran consideración a la persona considerada “resiliente”, y se entiende que ser resiliente genera un sentimiento de seguridad, proximidad y hasta de confort, ya que es capaz de mantener cierta distancia emocional respecto a los problemas. Desde el lado opuesto, construir resiliencia se entiende como brindar afecto y apoyo a una o diversas personas para desarrollar la capacidad de resistir los contratiempos.

Sobre la resiliencia trata el libro colectivo Educación, lenguaje y resiliencia: Reflexiones, estrategias y retos actuales del que son editores y coordinadores María Teresa Signes, Cintia Carreira y Marcin Kazmierczak, y en el que participan un total de 26 autores, en su mayoría profesores de la Universitat Abat Oliba CEU. Ha sido editado por Tirant Humanidades.

El libro es una iniciativa del grupo “Trivium” (Familia, Educación y Escuela inclusiva). Este grupo se creó en 2011 con el objetivo de formar a la persona desde el ámbito educativo interdisciplinario aportando diversas perspectivas: filosófica, literaria, lingüística, psicológica, social, ética, etc., y en él participan profesores de diversas universidades de varios países.

Formar el carácter

El libro aborda el tema de la resiliencia desde los ámbitos educativo, literario y del lenguaje y la comunicación. Entre otras cosas se pone de relieve la necesidad de formación del carácter de la persona a nivel general, pero de manera particular en el conjunto de virtudes relacionadas con el concepto de resiliencia.

Con un número tan elevado de autores se tratan muy diversos temas, entre ellos la mejora del clima en las aulas, la adquisición y desarrollo de competencias docentes, el testimonio de vida del maestro, se aportan reflexiones sobre la docencia universitaria, se plantea la distinción entre la palabra vacía y la que nutre, se habla de la resiliencia matemática y el rendimiento del alumno en esta materia, la aporofobia en la Europa de hoy y la pérdida de contacto de la cultura europea  con el hecho cristiano, la conciencia moral como guía imprescindible para descubrir el sentido de la vida, el sentido de la pedagogía y la necesidad de formación integral, y hasta se ofrecen experiencias de estrategia pedagógica entre adolescentes y jóvenes gitanos.

Una aportación significativa es la de señalar el sentido del humor como arma de fomento de la resiliencia, y en este aspecto se analizan los libros La vida del Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades y Las aventuras del Huckleberry Finn, novelas que narran la vida de niños que se enfrentan a diversos padecimientos, pero son capaces de seguir adelante. En el ámbito literario también se analizan en la misma línea el Génesis y Las crónicas de Narnia, Los Hermanos Grimm o The Hobbit, y se destacan los orígenes y consecuencias de la expulsión de la Biblia del ágora pública en Europa.

Otros aspectos destacables son los referentes a la pedagogía vitalista, la crisis de la palabra, el valor de la metáfora, la gravedad del lenguaje soez o la comunicación para prevenir el bullying. El capítulo final, del que es autor Rafael Rodríguez-Ponga, rector de la Universitat Abat Oliba-CEU, se titula “Literatura y periodismo: dos formas de comunicación lingüística para mejorar la resiliencia”.

Sobre la resiliencia trata el libro colectivo Educación, lenguaje y resiliencia: Reflexiones, estrategias y retos actuales Clic para tuitear

 

 

 

 

 

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.