El reciente debate sobre el uso del hijab en los colegios no solo expone una problemática social y política evidente, sino que sacó a la luz una realidad innegable:
para muchas feministas de nuestra época, la lucha por la mujer no es más que una excusa. Su verdadero objetivo es dinamitar los valores cristianos que han sustentado la libertad y la dignidad humana en Occidente.
La hipocresía del feminismo contemporáneo es flagrante. Se rasgan las vestiduras defendiendo el derecho de las mujeres musulmanas a llevar el velo en España, pero guardan un silencio cómplice frente a los regímenes islámicos donde el velo no es una opción, sino una imposición bajo amenaza de castigo.
El objetivo real de estas feministas no es la mujer, sino la destrucción de la tradición cristiana, la única que ha garantizado en la historia la verdadera igualdad y dignidad de la mujer.
Es llamativo cómo, en su ceguera ideológica, estas feministas se erigen en defensoras del hijab en un país de raíz cristiana.
Porque, en el fondo, no buscan la defensa de la mujer, sino la imposición de una ideología que promueve el odio a los valores cristianos. Se han convertido en las aliadas de una cosmovisión que esclaviza a la mujer en lugar de liberarla.
Uso del hijab en las aulas
El último episodio de esta cruzada anticristiana se ha dado en el municipio madrileño de Parla, donde una feminista radical ha encabezado una protesta de estudiantes musulmanas exigiendo que se les permita el uso del hijab en las aulas.
En un delirante discurso, ha pedido incluso que se prohíba la religión católica en la escuela pública. «¡Por unas aulas libres de racismo e islamofobia! Es una vergüenza que intenten encubrir estos montajes racistas en nuestros centros de estudio con una supuesta laicidad. Si tan laicos son, que prohíban la religión católica!», rezaba la manifestación.
Esta ridícula arenga ha sido recibida con gritos y aplausos por las estudiantes musulmanas allí concentradas, que coreaban consignas como «¡señor director, respeta mi fe, respeta mi elección!», «¡no al racismo!» o «¡en este instituto no hay libertad!».
La manifestación, liderada por el Sindicato de Estudiantes, organización vinculada a la izquierda, ha señalado a los institutos Narcís Monturiol, Nicolás Copérnico y Humanejos de Parla, que han prohibido el uso de cualquier prenda que cubra la cabeza, incluyendo gorras y el propio hijab.
La religión católica en las aulas
La Comunidad de Madrid ha subrayado que «no existe ninguna regulación específica sobre el uso del velo islámico» en los centros educativos, y que los institutos pueden regular la vestimenta de sus alumnos en sus normativas internas.
Esto ha sido utilizado por la izquierda radical para lanzar acusaciones de «racismo putrefacto» y «islamofobia estructural», exigiendo la eliminación de la religión católica de la educación pública.
Sabemos que si quisieran fomentar la laicidad del sistema educativo dejarían de financiar con fondos públicos a institutos controlados por la Iglesia, se dejaría de impartir religión católica y no se utilizaría el dinero de todos para pagar a curas y monjas», han declarado desde el Sindicato de Estudiantes.
Carla Restoy, colaboradora de este medio, lo deja claro en su intervención de en Antena Tres.
En Occidente las mujeres tienen la libertad de elegir gracias a la tradición cristiana que, durante siglos, ha construido los cimientos de una sociedad que defiende la dignidad humana. Frente a esto, el islam, carente de un magisterio sólido y uniforme, es susceptible a interpretaciones extremas que muchas veces han llevado a la opresión de la mujer. Mientras que la Iglesia Católica ha sostenido la dignidad de la mujer con un corpus doctrinal firme y claro, el islam se desenvuelve en un mar de subjetividades que, en múltiples ocasiones, han desembocado en normas y costumbres profundamente injustas y discriminatorias.
Las feministas que hoy exigen libertad para portar el hijab en España, lo hacen no por un genuino interés en los derechos de las mujeres musulmanas, sino porque ven en ello una oportunidad para debilitar los valores cristianos.
Es la misma agenda que ha impulsado la erradicación de los símbolos cristianos en el ámbito público, la persecución a la educación religiosa y el constante ataque a la moral católica.
El cristianismo ha sido, y sigue siendo, la única religión que ha colocado la dignidad de la persona como su eje central.
El cristianismo ha sido, y sigue siendo, la única religión que ha colocado la dignidad de la persona como su eje central. Share on X
1 Comentario. Dejar nuevo
Es sólo una manera de atacar a los de siempre, aunque seamos mayoría