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¿Qué significa la Asunción de la Virgen María y por qué es importante para ti?

Iglesia

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Cada 15 de agosto, la Iglesia celebra un hecho especial: la Asunción de la Virgen María al cielo en cuerpo y alma. Suena a algo que quizás hayas oído en misa o en casa, pero ¿qué tiene que ver contigo, hoy, en 2025? Mucho más de lo que crees.

¿Qué es un dogma?

Antes de entrar en la historia y el significado de la Asunción de la Virgen María, es clave entender qué es un dogma. Un dogma no es simplemente una tradición o una costumbre, es una verdad revelada por Dios que la Iglesia proclama como cierta y definitiva.

Dicho de forma simple: si la Iglesia declara algo como dogma, no es opinable ni debatible dentro de la fe católica. Se trata de una verdad esencial que forma parte del núcleo de lo que los católicos creemos.

Así de importante es la Asunción: es un dogma que fue proclamado oficialmente por el Papa Pío XII en 1950, después de siglos de creencia y veneración popular.

¿Asunción o Ascensión? No es lo mismo

Una de las confusiones más comunes es pensar que la Asunción de María y la Ascensión de Jesús son lo mismo. Pero no lo son.

  • Jesús asciende al cielo por su propio poder divino.

  • María es asunta al cielo por el poder de Dios.

Es decir, Jesús sube por sí mismo, como Dios que es, y María es llevada por Dios, como la madre del Salvador. La Iglesia enseña que, al final de su vida terrena, la Virgen fue llevada al cielo en cuerpo y alma, un privilegio único, por su pureza y unión con Cristo.

¿Cuándo se proclamó el dogma?

Aunque la Iglesia creía desde los primeros siglos en la Asunción de María, no fue hasta el 1 de noviembre de 1950 que se declaró oficialmente como dogma. Ese día, el Papa Pío XII proclamó:

La Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial.”

Este acto no surgió de la nada: miles de fieles, obispos y teólogos llevaban años pidiendo esta definición oficial. Es decir, no fue algo impuesto, sino una respuesta a la fe viva del pueblo cristiano.

¿Por qué nos importa la Asunción de la Virgen María?

Aquí viene lo interesante. Quizás te preguntas: ¿Qué tiene que ver que María esté en el cielo con mi vida diaria? La respuesta es mucho más profunda de lo que parece.

Según el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 966), la Asunción es un anticipo de nuestra propia resurrección. Es decir:

  • María, como ser humano como tú y yo, ya está glorificada en el cielo.

  • Eso significa que Dios también tiene preparado algo así para nosotros.

La Asunción es como una promesa: lo que pasó con María es lo que nos espera también a nosotros si vivimos unidos a Cristo.

¿Murió María antes de ser asunta?

Este punto genera debates incluso entre los teólogos. Algunos creen que la Virgen murió como su Hijo, y que luego fue llevada al cielo. Otros sostienen que no murió, sino que simplemente «durmió» y fue llevada al cielo (lo que en Oriente se llama el “Tránsito de María”).

Lo que sí es común a ambas ideas es que María no sufrió la corrupción del cuerpo, como cualquier otra persona. Dios la preservó incluso en ese momento final, por su cercanía única con Jesús y por su pureza.

¿Y qué puedes hacer tú en esta fiesta?

Celebrar la Asunción no es solo para rezar o ir a misa (aunque eso es fundamental). Aquí te dejamos algunas ideas para vivir esta fecha con sentido y alegría:

  • Haz una oración sencilla a la Virgen María, agradeciendo su ejemplo de fe y pidiéndole ayuda para confiar más en Dios.

  • Comparte en redes una frase sobre la Asunción, para recordar que el cielo no es una fantasía, sino una promesa real.

  • Habla con tus amigos o tu grupo de jóvenes sobre lo que significa que el cuerpo también es importante para Dios, y que no solo “el alma se salva”.

  • Escucha música mariana, medita el Magnificat y siente esa conexión espiritual con María, que ya está en la gloria.

La Asunción de la Virgen María no es una historia lejana o solo para gente muy religiosa. Es una esperanza concreta, un mensaje fuerte y claro: Dios no se olvida de nuestro cuerpo ni de nuestra historia personal.

Este 15 de agosto, no dejes pasar la oportunidad de mirar al cielo y recordar que, tú también estás llamado a la gloria.

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