Dos mujeres, un hombre. Dos presidentes de gobierno o primeros ministros, como se quiera, una escritora admirable. Los tres, en días recientes han configurado por caminos distintos un relato sobre la vida y la política, que señala formas bien distintas de estar en el mundo.
Ana Iris Simón en El País establecía conceptos con fluida y descriptiva escritura, que es necesario atender. Por ejemplo:
«La derecha se ha transformado de una derecha con valores a una derecha de precios. Han olvidado a Aristóteles- la ética basada en las virtudes- para atender a Popper y la sociedad abierta … con disposición de ser penetrada por multinacionales y la banca…Y han desaparecido los conceptos clásicos de vida buena, y bien común”
El Institute of Economics Affaires escribe «No existe un único concepto de vida buena por lo que es un error plantearse políticas públicas que ayuden a la gente a formar una familia; pueden ser políticas dañinas para las personas porque las hacen renunciar a otros fondos de felicidad igual de valiosos como viajar por el mundo o seducir a desconocidos en clubes nocturnos» (que vendría a ser el equivalente liberal cosmopolita de aquello de “volver de noche sola, borracha y segura a casa). Y lo remata. «A menudo la progresía califica de bueno lo malo y viceversa, pero nunca va tan lejos como el liberalismo que se atreve a afirmar que no hay ni bien ni mal”. Aunque creo que entre el nihilismo práctico de cierta derecha, la economicista y punto, e invertir el bien y el mal, no es que aquellos vayan más lejos, es que se trata del fuego y las brasas. En eso estamos.
Ana Simón
Pero no todo está tan mal, mejor dicho, lo que escribe Ana Simón está en la mayoría de casos muy bien, en el fondo y la forma, y sería óptimo que otros muchos que se consideran de izquierdas recuperaran a Aristóteles, es, en definitiva, uno de los autores básicos para Marx, o sea que no debería tener nada de extraño. Claro que el sabio de gracia está demasiando cerca de Santo Tomás de Aquino, o a la inversa, y esto a algunos con pereza de leer y pensar por cuenta propia, les disguste.
la recuperación de Aristóteles, San Agustín y Santo Tomás es la base para salir del laberinto de crisis acumuladas irresueltas
Pero, que nadie lo dude, la recuperación de Aristóteles, San Agustín y Santo Tomás es la base para salir del laberinto de crisis acumuladas irresueltas, que el liberal cosmopolitismo y la izquierda de género feroz nos han metido. Y que conste que no meto al Santo de Hipona de tapadillo, sino de la mano de una autoridad de la izquierda, Toni Negri y su “Imperio”. Porque la fuerza transformadora del cristianismo llega más allá de donde alcanza la fe, que en definitiva es un don que nos es entregado y no ganado. No es un mérito, sino un regalo de Dios.
Sánchez
Sánchez celebró su entrevista magna con Biden, y el presidente de Estados Unidos aplaudió el tremendo trabajo con la inmigración de Sánchez. No sabemos si se trata de una fina ironía o de una estupidez de Biden, porque después de los sucesos de violencia en Melilla y el pacto con Marruecos para detener la inmigración, se pueden decir muchas cosas sobre la política inmigratoria de Sánchez, pero ninguna que sea realmente buena.
Para rizar el rizo del absurdo, lo que rechaza en nuestras fronteras acepta en el despacho oval: Sánchez se compromete a aceptar un cupo de inmigrantes hispanoamericanos de los que intentan penetrar en Estados Unidos. De Iberoamérica a España, pasando por el Rio Grande. Extraños caminos tiene la política de progreso.
Nada de retirar el suelo radiactivo de Palomares, pendiente desde 1966; seguramente será en el próximo milenio. Tampoco nada de retirar el discriminatorio arancel sobre la aceituna negra de Trump. Ahora, de gastar más por parte de España en cuestiones vitales para Occidente, eso sí. Ahí está el compromiso de participar en el fondo internacional que encabeza Estados Unidos para apoyar la promoción de la causa LGBTI en el mundo. Por si había alguna duda de quién financia este cotarro, ahí está con nombres y apellidos.
Es un hombre afortunado, porque sin duda, el candidato del Imperio es él
En Estados Unidos hay agencias de relaciones públicas especializadas en facilitar -pagando, claro- una foto y medio minuto con el presidente. Sánchez tiene la suya y mucho más tiempo, pagando mucho más. Es un hombre afortunado, porque sin duda, el candidato del Imperio es él.
Meloni
Meloni, la primera ministra italiana que ha revalidado su vigor electoral en la recientes elecciones municipales de aquel país ha sido noticia en estos días por dos hechos. Uno, porque el gobierno italiano ha organizado unos Estados Generales de la natalidad, como inicio de las acciones para revertir la débil natalidad de aquel país. Trataron sobre ello, el aborto y la idea de familia, y asistió el Papa Francisco en un gesto de proximidad con las cuestiones tratadas, y con Meloni.
Y todo esto porque Italia registró el nivel más bajo de natalidad con tan solo 393.000 nacimientos en el 2022. España hace tiempo que bate este tipo de récords, pero aquí Sánchez y compañía permanecen impasible el ademán. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 nacieron en España 329.812 bebés, la cifra más baja desde que se comenzó a medir en 1941. La tasa de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes en un año) fue del 7,12‰, una de las más bajas del mundo. El índice de fecundidad (número medio de hijos por mujer) fue de 1,19, el segundo más bajo de la Unión Europea, después de Malta y peor que el italiano
A Meloni le importa la familia y los hijos, a Sanchez propagar la ideología degenero y LGBTIQ.
vivimos en una época en la que hablar de nacimiento, maternidad y familia es cada vez más difícil; parece un acto revolucionario
La primera ministra defendió ante el pontífice un país donde no sea escandaloso decir que todos nacemos de un hombre y una mujer y que los hijos no son productos para vender. Añadió, que vivimos en una época en la que hablar de nacimiento, maternidad y familia es cada vez más difícil; parece un acto revolucionario.
Y para revolucionario otro gesto, mientras que aquí Sánchez aprieta las clavija de la cuña fiscal (IRPF+ SS) hasta superar con más del 39% la media de la OCDE, más lo que el ministro de la Seguridad Social prepara para hacerlo crecer, mientras la inflación dispara la presión fiscal que nos ahoga, Meloni ha suprimido la parte que se paga a la Seguridad Social, que pasa a aumentar el salario de los trabajadores que cobran menos de 39.OOO euros. Eso sí que son ayudas reales, y no el alpiste, como si fuéramos gallinas “titas, titas”, que reparte Sánchez con bonos para el cine y para el inter rail.
Lo dicho, dos formas de estar en el mundo. Elija la que prefiera y trabaje para conseguirlo.
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