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El astronauta Butch Wilmore glorifica a Jesús antes de su regreso a la Tierra

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Barry «Butch» Wilmore, un experimentado astronauta y capitán retirado de la Marina de los Estados Unidos, ha pasado 286 días en el espacio, pero incluso en la inmensidad del cosmos, su fe en Jesucristo ha permanecido firme.

Mientras se prepara para su regreso a la Tierra, Butch Wilmore no ha dudado en dar gloria a Dios y proclamar que «Jesús está obrando su plan y propósitos».

Este testimonio es un recordatorio poderoso de cómo la fe puede sostener a las personas en los momentos más desafiantes, incluso en un entorno tan extremo como el espacio exterior.

Durante su tiempo en órbita, Wilmore enfrentó diversas dificultades, tanto técnicas como emocionales, pero su confianza en Dios le permitió mantenerse fuerte y enfocado en su misión.

La fe en el espacio

No es la primera vez que los astronautas llevan su fe más allá de la atmósfera terrestre. Desde los primeros días de la exploración espacial, muchos astronautas han expresado su creencia en Dios y han llevado consigo Biblias, han realizado oraciones y hasta han celebrado la Santa Cena en el espacio. Wilmore se une a una larga tradición de exploradores espaciales que ven en el universo la majestuosidad de la creación de Dios.

El mensaje de Wilmore es especialmente significativo en un mundo donde la incertidumbre y los desafíos pueden hacer que muchas personas pierdan la esperanza. Su testimonio es un recordatorio de que, sin importar dónde estemos —ya sea en la Tierra o flotando a cientos de kilómetros sobre ella— Dios sigue obrando en nuestras vidas.

Jesús está obrando su plan

Las palabras de Butch Wilmore reflejan una profunda convicción de que Dios tiene el control de todas las cosas. Para los creyentes, esto significa que no importa qué circunstancias enfrentemos, siempre hay un propósito divino detrás de cada experiencia. A lo largo de la Biblia, vemos ejemplos de cómo Dios ha usado a personas en situaciones difíciles para cumplir su voluntad. Wilmore, al igual que estos personajes bíblicos, ve su tiempo en el espacio como parte de un plan más grande.

Su declaración también es un llamado a la reflexión: si un astronauta, aislado en el espacio durante casi un año, puede confiar plenamente en que Dios está obrando, ¿cuánto más deberíamos hacerlo nosotros en nuestra vida cotidiana?

si un astronauta, aislado en el espacio durante casi un año, puede confiar plenamente en que Dios está obrando, ¿cuánto más deberíamos hacerlo nosotros en nuestra vida cotidiana? Compartir en X

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • Si ver imágenes que recrean el cosmos lo dirige a uno automáticamente a PENSAR en la grandeza de Dios, al estar personalmente en el espacio debe de SENTIR uno la presencia de Dios.

    Es cierto que en la Rusia de 1961 el ateísmo era una política de Estado. Pero es falso que el primer hombre en el espacio, el ruso Yuri Gagarin, haya dicho que mientras allí estaba no vio a Dios. Era bautizado en la iglesia ortodoxa. Y antes de ese viaje hizo bautizar a su hija. En los registros de sus conversaciones con la base en la tierra no aparece esa frase.

    Es probable que a él, como a todo astronauta, se le venga a la cabeza esta cuenta que bien conocen:

    1 millón de tierras caben en el sol.
    279 mil millones de soles caben en el sistema solar.
    100 mil millones de sistemas solares caben en la Vía Láctea, que es nuestra galaxia.
    1 billón de galaxias caben en el universo observable.
    ¡Dios, qué infinitamente grandioso eres!

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