El Papa Francisco, de 88 años, ha sido hospitalizado en el Policlinico Agostino Gemelli de Roma para someterse a exámenes médicos y continuar el tratamiento contra la bronquitis que padece.
La noticia ha sido confirmada por la Santa Sede, que explicó que los médicos han considerado necesario que el pontífice permanezca en el hospital para garantizar una mejor evolución de su estado de salud.
Una enfermedad persistente
Desde hace aproximadamente diez días, el Papa ha mostrado signos visibles de fatiga, con la voz afectada y el rostro hinchado, lo que indica que ha estado siguiendo un tratamiento con corticoides para mejorar su respiración.
El pasado lunes, en una reunión con el rector de la gran mezquita de París en la Casa Santa Marta, el propio Francisco comentó: «Estoy enfermo, tengo bronquitis».
El deterioro de su salud se hizo más evidente la semana pasada.
En la audiencia general del 5 de febrero, el pontífice no pudo pronunciar la catequesis y delegó la lectura a un colaborador, una medida que repitió en la audiencia del miércoles siguiente.
Aunque ha seguido cumpliendo con su agenda de compromisos, desde el sábado pasado ha recibido visitas y llevado a cabo reuniones en la residencia vaticana en lugar del Palacio Apostólico, reduciendo así sus desplazamientos.
El cuarto ingreso en el «Gemelli»
Este es el cuarto ingreso hospitalario del Papa Francisco en el Policlinico Gemelli.
En los últimos inviernos, ha enfrentado episodios recurrentes de enfermedades respiratorias, incluyendo gripes y resfriados que han complicado su estado de salud.
Su historial médico reciente refleja una tendencia a problemas pulmonares cada vez más frecuentes, desde la neumonía que sufrió en marzo de 2023 hasta diversas complicaciones respiratorias que lo han afectado en los últimos meses.
El primer ingreso del Papa en el Gemelli ocurrió el 4 de julio de 2021 debido a una obstrucción intestinal.
Luego, en marzo de 2023, tras una audiencia general, fue hospitalizado de urgencia por lo que en un inicio se consideró una bronquitis, aunque posteriormente él mismo reveló que se trató de una neumonía severa. Su tercer ingreso fue el 7 de junio de 2023, cuando se sometió a otra intervención quirúrgica intestinal.
Otros problemas de salud y movilidad reducida
En los últimos tiempos, el Papa ha enfrentado múltiples problemas de salud propios de su avanzada edad. Desde finales de 2023, se le ha visto con un audífono, lo que indica una pérdida auditiva progresiva.
Además, sufre una enfermedad degenerativa en la rodilla, que lo ha obligado a desplazarse principalmente en silla de ruedas. Aunque en ocasiones camina con la ayuda de un bastón, en los últimos meses ha sufrido varias caídas, incluyendo una en diciembre que le provocó una contusión en el mentón y otra en enero con un golpe en el brazo.
La reducción de su movilidad han complicado aún más su capacidad respiratoria, lo que ha llevado a su equipo médico a optar por la hospitalización para un mejor seguimiento de su tratamiento.
Expectativa sobre su evolución
A pesar de estos problemas de salud, el Papa ha continuado cumpliendo con su agenda, aunque con limitaciones. Su equipo de médicos en el «Gemelli» monitorea de cerca su evolución y se espera que permanezca hospitalizado hasta que su condición mejore lo suficiente como para retomar sus actividades normales.
El Vaticano no ha proporcionado detalles sobre cuánto tiempo permanecerá ingresado, pero se espera que en los próximos días se emita un comunicado con más información sobre su estado de salud y su recuperación.
