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Extrañas informaciones en publicaciones católicas: los casos de La Croix en español y National Catholic Reporter, como ejemplo

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Es evidente que el catolicismo no es monolítico, nunca lo ha sido, y como en la vida, no importa que los sarmientos posean formas distintas, sino que lo que cuenta es que todos den uva. La diversidad interna cuando significa  facetas de un mismo brillante constituye precisamente lo que le aporta belleza al diamante tallado. El problema empieza cuando, en lugar de ser diversos en la unidad de la fe, que se realiza en el seguimiento de Cristo en el Magisterio y Tradición de la Iglesia, se intenta jugar ideológicamente a la transformación de la Iglesia, al margen de aquellas dos condiciones necesarias. Cuando quieren cambiar lo que existe jugando malévolamente desde el fuera de juego.

En un tiempo recién pasado, este fuera de juego se realizaba bajo dos premisas:

La crítica inmisericorde al Papa – no les quedaba más remedio- como se hacía evidente con Juan Pablo II, Benedicto XVI, y Pablo VI sobre todo a partir de la Humane vitae, y el principio -extraño, bien extraño a la luz del Evangelio- de que el buen camino para la Iglesia, semper reformanda, es parecerse lo más posible a lo que manda la cultura hegemónica occidental en cada momento, en lugar de reformarse a partir de su propia substancia. Como hizo Jesucristo, por cierto. Él encarnó la nueva Torá en unos términos a la vez radicales y la vez fieles a la tradición judía, y para nada acudió a la cultura helenista, que era entonces claramente dominante, incluso más que la que nos domina en la actualidad. Pero el ejemplo de Jesucristo no les interesa, lo cual también constata que sus intenciones de fondo no son la fidelidad a Dios sino al mundo.

Ahora, estos dos vectores de este particular catolicismo se mantienen en el del mundo como solución, hasta el extremo de que Soros el especulador, se acerca según algunos de ellos a la “santidad”, y si alguien le critica, lo tachan de antisemita en un amén. Pero el otro vector, el papal, ha experimentado una gran cambio. Ahora se trata de presentar al Papa como gran aliado de la cultura hegemónica, y no como un enemigo.

Un ejemplo lo constituye la publicación digital La Croix en español.

Tomemos el ejemplo de un artículo de su último número, que publica con este curioso título El movimiento de apoyo al colectivo LGBT revela las cartas de apoyo del papa” . Su tesis es que  Francisco ha dirigido dos cartas de apoyo a una organización de Estados Unidos, New Ways Ministry, que  trabaja con las personas y organizaciones LGBT, a pesar de que la Conferencia Episcopal estadounidense advirtió en 2010, que aquella entidad «no tiene aprobación ni reconocimiento de la Iglesia católica y no pueden hablar en nombre de los fieles católicos». En otras palabras, Francisco apoya a quienes usando el nombre de la Iglesia postulan una posición ante la organización LGBT, que el episcopado de Estados Unidos hace años que han rechazado.

Pero no se trataría solo del episcopado de aquel país. La cosa atañe al conjunto de la Iglesia y viene de más lejos, porque   en 1984, la Santa Sede ordenó a los dos fundadores que abandonaran el movimiento, cosa que no hicieron, sino que solamente renunciaron a sus responsabilidades. En 1999, una nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe denunció directamente a los dos fundadores, el padre Robert Nugent y la hermana Jeannine Gramick, acusando las «ambigüedades» y los «errores» de su enfoque, «incompatibles» según el Vaticano «con una actitud cristiana de verdadero respeto y compasión». Por tanto, la admonición de Roma se produjo cuando el prefecto era el Cardenal Joseph Ratzinger (25 de noviembre de 1981 – 19 de abril de 2005), después el actual papa emérito Benedicto XVI. Más tela que cortar imposible.

¿Pero en que consiste este apoyo del Papa?

Según la información de La Croix en Español, ha escrito dos veces este año al presidente del movimiento, Francis DeBernardo. «Gracias por vuestra labor de divulgación«, escribió el papa en una de las cartas, y también que su historia de New Ways Ministry «no ha sido fácil«. La otra fase literal es «mujer valiente«, refiriéndose a la hermana Jeannine Gramick. Y ya está. Del resto del texto de las presuntas cartas ni se sabe.

Gracias por vuestra labor de divulgaciónno ha sido fácil, una mujer valiente», con estas tres frases sacadas de todo contexto, y que forman parte de dos cartas, la publicación construye la tesis de que el Papa apoya a una organización que la propia Santa Sede y el episcopado de Estados Unidos ha descalificado. Es una manipulación escandalosa, indigna, que solo puede resolverse publicando las dos cartas íntegras, si existen como tales.

Francisco no ha introducido ningún cambio en la enseñanza de la Iglesia de que los actos homosexuales son «intrínsecamente desordenados«, y bajo su pontificado la Congregación para la Doctrina de la Fe en abril,  publicó una nota que reiteraba la prohibición de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. Más claro el agua.

Otro ejemplo de esta forma de (des)informar corresponde al National Catholic Reporter

Con el sugerente título de “Ex jefe doctrinal del Vaticano bajo fuego por comentarios etiquetados como antisemitasdestripa a monseñor Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 2012 a 2017, porque en una conferencia en la Universidad de Notre Dame el 27 de octubre en Indiana, criticó a George Soros, al que califica la publicación de “filántropo” y lo presenta como “Soros, un sobreviviente del Holocausto, es conocido por financiar una serie de causas progresistas y a menudo ha sido el objetivo de campañas antisemitas y teorías de conspiración». Y como Soros paga y es una vaca sagrada, al cardenal Müller, para que vaya aprendiendo, ya le ha caído el estigma de antisemita y el ataque de las redes, “bots” incluidos.   En el fondo se trata de evitar censurar el hecho bien conocido de que Soros,  entre aquella lejana fecha de su infancia en la Europa de la persecución judía por los Nazis y fuerzas afines, y la actualidad, ha amasado una fortuna a base de la especulación financiera más desmedida. De hecho, uno de sus logros fue conseguir la crisis de la libra esterlina. Con cada crisis provocada por su afán de ganar dinero hay un mar de sufrimiento humano. Y esto no puede pasarse por alto sea judío o gentil, porque son dos historias distintas.

Pero esta no es la cuestión, la cuestión es como publicaciones explícitamente católicas se prestan a la manipulación de la realidad para favorecer poderes mundanos, sean del homosexualismo político, sean de exponentes de la elite cosmopolita de la globalización económica y la desvinculación.

Ahora se trata de presentar al Papa como gran aliado de la cultura hegemónica, y no como un enemigo Clic para tuitear

 

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