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Fake News.- La Universidad de Tel Aviv no ha creado un corazón vivo con impresión 3D

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Numerosos medios de comunicación han informado recientemente de que investigadores de la Universidad de Tel Aviv habían creado un corazón vivo en impresión 3D a partir de tejido humano. El estudio buscaba abrir vías hacia los trasplantes del futuro utilizando células y biomateriales del propio paciente.

Esta noticia, sin embargo, es falsa. Y es que tanto los científicos como los periodistas deberían a veces moderar sus entusiasmos. La revista Advanced Science publicaba en abril un estudio titulado 3D Printing of Personalized Thick and Perfusable Cardiac Patches and Hearts. Los medios de comunicación informaron de aquel avance como el “Primer corazón realizado en impresión 3D utilizando las propias células de un paciente”.

Un vídeo mostraba un corazón de aspecto saludable flotando en un depósito de líquido rosado. En el artículo original, los científicos israelíes describen que el objetivo principal era imprimir un “parche” cuadrado de células cardíacas y vasos sanguíneos utilizando una tinta biológica “personalizada”, en la que las células y materiales provienen del paciente.

Como resultado final, el equipo también imprimió las celdas en forma de corazón en miniatura. El texto aclara que la estructura impresa en forma de corazón no es un corazón real y carece de la mayoría de las características necesarias para hacer funcionar un corazón. Sin embargo, los medios quisieron alargar esa posibilidad hasta lo verosímil.

Fake news o la magnificación de la noticia

“El trabajo es importante -reconoce Cathal D. O’Connell, del BioFab3D, el laboratorio de bioimpresión del Hospital St Vincent en Melbourne- pero los informes de los medios dan la impresión de que nuestro campo de investigación está mucho más avanzado de lo que en realidad está”. A su juicio, el exceso de informaciones médicas no es ético, y en ocasiones es peligroso.

“El sensacionalismo abunda en el periodismo científico. Y el campo de la bioimpresión en 3D está actualmente alimentado por una ‘tormenta perfecta’ de exageraciones: se basa en el aura mágica de la tridimensionalidad, es fácil de entender y combina ideas de ciencia ficción con un impacto potencial en resultados de salud”.

Luego recuerda otras bioimpresiones magnificadas. Por ejemplo, la Universidad de Wake Forest tuvo que emitir una nota de prudencia después de airearse a los cuatro vientos que su científico Anthony Atala había impreso un riñón humano.

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