Afortunadamente, mientras preparaba este artículo durante el día previo a su publicación, han aparecido ya varios videos que confirman la intuición de miles de fieles de la Iglesia Católica: el nombre elegido por el nuevo Papa, el Cardenal Robert Francis Prevost, León XIV, no es, en absoluto, casual, sino más bien «causal».

León XVI combina un destacadísimo curriculum académico (Licenciado en Matemáticas y Teología), con una experiencia vital misionera en Hispanoamérica que harán que su Pontificado mantenga el combate que hace más de 300 años ya libra la Iglesia Católica contra el «buque insignia» social que Satanás ideó en los últimos tiempos: la masonería.

Ha sido el propio León XIV el que ha declarado, al igual que su último predecesor en el nombre, León XIII, vivimos una época muy parecida, de profundos cambios tecnológicos y sociales (León XIII dirigió la barca de Pedro en plena revolución Industrial y a León XIV le tocará hacerlo en plena Revolución Digital).

Aunque no lo parezca, en los 150 años que distan de uno a otro, el fondo del combate espiritual no ha cambiado en absoluto y la Iglesia Católica sigue. Como ya escribiera León XIII en la Encíclica Humanum Genus (1884), «señalando el peligro, descubriendo a los adversarios, resistiendo en lo posible sus tácticas y propósitos, para que no perezcan eternamente aquellos cuya salvación nos está confiada».

La masonería: el gran enemigo contemporáneo de la Iglesia Católica

El primer Papa que previno explícitamente a los católicos contra la masonería fue Clemente XII, mediante la bula In eminenti apostolatus specula del 28 de abril de 1738. En este documento, prohibió a los fieles católicos afiliarse a logias masónicas bajo pena de excomunión. La penetración de la masonería en los círculos de poder civil y político desde finales del Siglo XVIII le han servido para «normalizar», mediante legislaciones, todas sus propuestas.

Denunciaba que las asociaciones masónicas actuaban con secreto, tenían juramentos ilícitos, y que sus fines eran contrarios a la fe y al orden público. Aunque fue escrita antes de la Revolución Francesa, ya alertaba del carácter subversivo y relativista de estas sociedades; desde Clemente XII, más de 10 Papas han abordado explícitamente la cuestión masónica en documentos oficiales.

León XIII abordó extensamente la cuestión de la masonería en su magisterio, considerándola una de las principales amenazas para la fe, la Iglesia y el orden cristiano de la sociedad. Fue uno de los Papas que más directamente y con mayor profundidad escribió contra ella, en documentos clave que desarrollan la doctrina católica sobre la incompatibilidad entre masonería y fe cristiana.

La masonería, recordamos a nuestros lectores, tiene como objetivo fundamental la destrucción de la Iglesia Católica, para lo cual lleva Siglos tratando de destruir al propio ser humano, desde el orden cívil hasta el orden natural, promoviendo e impulsando campañas como la Leyenda Negra (sobre la evangelización de América), e ideologías como el marxismo, el socialismo, la lucha de clases y más recientemente, la lucha / ideología de géneros.

Nuestra lucha no es contra la carne ni la Sangre, sino contra los poderes de este mundo de tinieblas.

León XIII publicó el 20 de abril de 1884, Humanum Genus, la encíclica más importante sobre la masonería que sigue vigente a día de hoy en la que expone que la masonería forma parte de una conspiración global contra la Iglesia y el orden cristiano y divide, como San Agustín (no olvidemos que el Papa León XIV es Agustino), en dos “ciudades”: la de Dios (Iglesia) y la del Diablo (masonería).

Ideas centrales de León XIII sobre la masonería

• Es una sociedad secreta anticristiana, herencia del racionalismo, el iluminismo y la Revolución Francesa.

• Promueve el naturalismo: el rechazo de toda verdad revelada y de toda autoridad sobrenatural.

• Busca subvertir la sociedad desde dentro, especialmente a través de la política, la educación y la legislación.

• Su combate no es solo social o político, sino espiritual.

• Es necesario formar, organizar y movilizar a los católicos contra sus errores, en defensa de la verdad, la familia y la ley de Dios.

Conviene recordar que la Congregación para la Doctrina de la Fe, ahora Dicasterio para la Doctrina de la Fe, no ha modificado el juicio emitido en 1983 bajo Juan Pablo II y Joseph Ratzinger (Benedicto XVI). Ese documento sigue en vigor y no ha sido revocado ni reinterpretado oficialmente por el Papa Francisco.

«La pertenencia de un católico a la masonería sigue siendo considerada incompatible con la fe católica»

León XIII fue una figura central en el desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia, y aunque Rerum Novarum (1891) es su encíclica más famosa, no es la única en la que aborda directamente la política y el papel de los católicos en ella.

En sus encíclicas, León XIII transmite una serie de ideas clave que  sobre católicos y política:

1. La autoridad civil es querida por Dios, pero debe estar ordenada a la ley moral.

2. La política no puede estar desconectada de la verdad moral y religiosa.

3. Los católicos tienen el deber de participar en la vida pública, sin esconder su fe.

4. El liberalismo y el secularismo radicales son peligrosos para el alma y la sociedad.

5. No es legítimo el retiro de los católicos de la política, sino su transformación desde dentro.

Pero sin duda el documento por el que a día de hoy sigue siendo más reconocido León XIII es la Encíclica «Rerum Novarum», publicada el 15 de mayo de 1891. Frente a la crisis social provocada por la Revolución Industrial, el auge del capitalismo salvaje, la explotación del trabajador, y la respuesta radical del socialismo y el marxismo, León XIII vio necesario dar una respuesta cristiana que defendiera la dignidad del trabajo, la justicia social y el orden moral.

¿Por qué sigue siendo actual hoy?

Rerum Novarum es tan actual como en 1891, porque sus principios iluminan muchos problemas contemporáneos, por ejemplo: