El Club de Críquet de San Pedro representa a Ciudad del Vaticano en las competiciones internacionales deportivas y quiere representarla también en las próximas Olimpiadas de 2024, que tendrán lugar en París.
El equipo se trata de un equipo formado por iniciativa de los Legionarios de Cristo.
Eamonn O’Higgins, organizador del quipo y director del colegio romano Mater Ecclesia, un centro para seminaristas internacionales que llegan de países con tradición en este deporte como, por ejemplo, India, Pakistán o Sri Lanka, afirma: «La idea fue de John McCarthy, entonces embajador australiano para la Santa Sede. Quiso fortalecer el críquet en Roma para representar al Vaticano. Obtuvieron el permiso del Papa para el nombre del equipo y para hacer nuestro su escudo de las llaves de la esperanza».
«Todos los jugadores son importantes. Tenemos 25 seminaristas. El plantel debe ser amplio, porque tienen otras responsabilidades como los estudios o el apostolado. Algunos apoyan a sacerdotes en parroquias… No tienen todo el tiempo para una dedicación completa», afirma el sacerdote Sameer Advani, que participa del rol de O’Higgins.
Para este equipo, el críquet no es un objetivo, sino un mensaje. De hecho, durante los tours el equipo suelen visitar hospitales o prisiones. «Dios quiere acercarse a toda la gente: ricos, pobres, cristianos, no cristianos… a toda la gente desde un punto de vista humilde y sano«, subrayan.
Han disputado un partido en Calabria (Italia) contra laicos, y en el resto del mundo: tres giras en Inglaterra contra anglicanos, además de Argentina, Portugal y Kenia.
El sueño ahora es participar en unos Juegos Olímpicos, algo que a día de hoy resulta menos descabellado de lo que parece. En 2024, en París, este deporte será olímpico por primera vez en su historia.
Además, el Vaticano valora la posibilidad de presentarse, también por primera vez como país independiente a este acontecimiento deportivo, según ha anunciado Melchor Sánchez de Toca, su ministro de deportes.
