El Papa Francisco advirtió este miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano que el orgullo es la actitud más peligrosa en la vida cristiana, y ha señalado que incluso las personas más sagradas han recibido todo de Dios.
“Ninguno de nosotros ama a Dios como Él nos amó. Basta con ponerse ante un crucifijo para comprender la desproporción”, ha explicado el Pontífice, que considera que «ante Dios todos somos pecadores». «Si decimos que estamos sin pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros», afirmó en referencia a la primera epístola de Juan.
El Papa dijo que el orgullo es «la actitud más peligrosa de toda vida cristiana», advirtiendo que la arrogancia también puede «infectar a las personas que viven una vida religiosa intensa».
“Hay pecados flagrantes que hacen ruido, y también hay pecados tortuosos, que se esconden en el corazón sin que nos demos cuenta. Lo peor de estos es el orgullo», dijo Francisco. El pecado del orgullo divide a las personas y nos hace presumir de ser mejores que otros, ha sostenido. «Siempre seguimos siendo hijos que se lo debemos todo al Padre».
El Papa Francisco dijo que cuando pasamos por días difíciles, siempre debemos recordar que la vida es un milagro que Dios ha creado de la nada. «En esta vida hemos recibido mucho: la existencia, un padre y una madre, la amistad, las maravillas de la creación», dijo.
El amor y el «misterio de la luna»
«Si amas, es porque alguien a tu lado te ha despertado para amar, haciéndote entender cómo está el significado de la existencia», explicó. El Papa Francisco llamó a este principio el «misterio de la luna», que no tiene luz propia, sino que refleja la luz del sol.
«Amamos porque hemos sido amados, perdonamos porque hemos sido perdonados», dijo. «Ninguno de nosotros brilla con nuestra propia luz». El Papa explicó que entender esto puede darnos una mayor empatía por los demás.
«Tratemos de escuchar la historia de una persona que cometió un error: un prisionero, un convicto, un drogadicto», dijo Francisco. Sin dejar de considerar la responsabilidad personal, explicó, puedes preguntarte si estos errores son el resultado de una «historia de odio y abandono que alguien lleva consigo».
El Papa Francisco pidió a Dios «perdona nuestras transgresiones» como parte de su catequesis en curso sobre la oración del «Padre Nuestro». “Señor, incluso el más sagrado entre nosotros no deja de ser tu deudor”, oró el Papa Francisco.
