En Francia, la respuesta a la humillante derrota de Macron, el aprendiz de brujo que introdujo el aborto en la Constitución, ha sido la convocatoria de elecciones generales para finales de este mes. Esto ha tenido como efecto inmediato la formación de una especie de Frente Popular, que une a la extrema izquierda con la socialdemocracia. De esta manera, la respuesta a la crisis pasa por avanzar hacia los extremos.
Es un camino autodestructivo que Europa parecía haber olvidado felizmente, pero que ha bastado con que llegaran a la vida pública los nietos de quienes construyeron el milagro europeo para repetirlo. Son los mismos que se apuntaron en gran medida a consagrar la gran abominación del aborto masivo y eugenésico, y a la gran apostasía de haber renunciado a todo sentido de Dios y a rechazar todo vínculo y relación con la cultura cristiana. Con ello, han capado la cultura europea, que de esta manera se encuentra sin fundamentos para responder a las crisis que la afectan y que son muchas e irresueltas.
A la emergencia creciente de la derecha radical o alternativa, que no puede ser considerada como una sorpresa por nadie porque hace décadas que está ahí forjándose y creciendo, no se le ocurre otra cosa al régimen establecido que intentar proseguir por el mismo camino sin preguntarse en ningún momento por qué tantos millones de ciudadanos optan cada vez más por esta respuesta dura a lo que el poder europeo representa. La mejor metáfora de todo esto la podemos encontrar en España.
Ahora todo el mundo está sorprendido de que un personaje como Alvise, sin programa y cuya fuerza consiste en denostar y descalificar a sus oponentes y amenazarlos, ha conseguido más diputados que Unidas Podemos y tantos como una Vicepresidenta del Gobierno. Pues bien, hay que recordar que quien se esforzó en hacer grande a esta opción prácticamente desconocida fue el propio Pedro Sánchez, que insistió en popularizar su nombre y su andadura en un mitin tras otro, presentándolo como el equivalente a las otras fuerzas que habitaban el espacio de la derecha: PP y Vox. Sánchez ha hecho grande a este extremo con la esperanza de debilitar por fragmentación a su alternativa política.
Lo que estamos viviendo es una acumulación de crisis irresueltas provocadas por la cultura y la política dominante, lideradas por la alianza objetiva entre la progresía de género y el liberalismo cosmopolita. En una medida variable según el país, pero grande en general, aquello es la socialdemocracia, los liberales europeos, la mayoría de partidos verdes, la izquierda europea y una parte del Partido Popular Europeo (una fracción especialmente importante en el caso del Partido Popular español). La reacción lógicamente tenía que surgir fuera de todos ellos. En eso estamos.
Ellos son los responsables del camino que ha conducido a la policrisis que, con acierto, se detallaba en el análisis practicado por la Corriente Social Cristiana:
- Implicación militar creciente en la guerra de Ucrania, con el castigado Macron a la cabeza. Europa no puede querer la guerra como destino para nuestra juventud. La necesaria alianza con los Estados Unidos no debe significar la supeditación permanente a sus intereses.
- Conflictos regionales: Incapacidad para una acción positiva hacia Israel, la destrucción de Gaza e indiferencia ante la guerra de Sudán y otros conflictos graves en África.
- Crisis energética y verde: Las transiciones energética y verde están en crisis.
- Gestión de la inmigración: La gestión de la inmigración es muy deficiente.
- Doctrinas de género: Las instituciones europeas están entregadas a doctrinas de género. Hay una falta de protección total del ser humano concebido.
- Ateísmo práctico: La aplicación de un ateísmo práctico excluye toda referencia a Dios bajo la excusa de la neutralidad confesional de las instituciones, ignorando las propuestas de los sujetos orgánicos cristianos como la COMECE, la CEC y la AIO. Las instituciones europeas deben significar espacios amigables con la cultura cristiana, uno de los grandes fundamentos de Europa.
- Bienestar: El estado del bienestar muestra signos de agotamiento sin que se reflexione sobre su renovación.
- Crisis económica: La crisis de crecimiento económico respecto a otras regiones y el déficit de políticas efectivas hacia África e Iberoamérica requieren respuesta.
- Pérdida del espíritu fundacional: La falta de alma de Europa, del espíritu y la utopía fundacional debido a un materialismo y un utilitarismo es una crisis profunda.
Todo ello en el marco de una crisis de años de falta de representatividad. El grave déficit de representatividad de la democracia europea deteriora su valor real. La participación ciudadana sigue siendo muy baja. Europa no puede seguir profundizando su unión ni afrontar una nueva ampliación sin resolver el profundo déficit de representatividad que sufre y la gran distancia que separa a la Comisión, la burocracia comunitaria y los diputados europeos de los ciudadanos.
En la raíz de todos estos males subyace la traición a los fundamentos que dieron origen a Europa, los de los padres fundadores, que poco tienen que ver con la Ilustración, como pretenden algunos, ni tuvieron su origen en una socialdemocracia que sí fue un compañero subalterno de viaje.
La respuesta a la policrisis es recuperar los fundamentos, asumir los valores fundacionales basados en la cultura cristiana y obrar políticamente y en sentido práctico en consecuencia. O esto, o acercarnos cada vez más a un escenario que recuerda al desgraciado panorama de los años 30 del siglo pasado.
La humillante derrota de Macron y la formación de un Frente Popular en Francia reflejan un avance hacia los extremos. ¿Estamos repitiendo los errores del pasado en Europa? 🤔 #Europa #Política #Francia Share on X
2 Comentarios. Dejar nuevo
Es tiempo de recristianizar Europa.
Curioso articulo, estoy de acuerdo en casi todo, efectivamente nunca escuchamos hablar de extrema izquierda, ultra izquierda o izquierda populista a pesar que varios países han utilizado y están utilizando la violencia en las calles como «protesta», por supuesto la complicidad de los medios es evidente.
En el caso de España el PP es lo mismo que el PSOE con otro nombre, cualquier político o programa de gobierno que defienda y promueva el globalismo progresista y la agenda 2030 son enemigos de la libertad y soberanía de los pueblos, son neo-izquierda radical.
Por último, toda nación debe fortalecer y reformar sus leyes contra el crimen y la corrupción, porque prácticamente a los delincuentes se las ha entregado una licencia para delinquir. El fortalecimiento de las fronteras es urgente y esto conlleva detener la inmigración ilegal masiva, el multiculturalismo es un fracaso, el el mejor ejemplo son los inmigrantes ilegales musulmanes no se integran ni respectan la cultura occidental cristiana o lo que queda de ella, al contrario desean imponer sus cultura islámica y la ley sharía y en ciertos lugares de Europa donde se reorganizan para colocar a sus candidatos políticos e ir logrando sus objetivos.
Es tiempo de recristianizar Europa.
Europa ha dado la espalda a sus ciudadanos. La comisión ya no representa a nadie