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Duro alegato de una nadadora estadounidense: «Fuimos obligadas a competir contra un hombre biológico»

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ForumLibertas informaba en 2022 del caso de una atleta transgénero y nadadora trans Lia Thomas, dominó durante un encuentro de natación femenina en Estados Unidos el noviembre de ese año en el que competían atletas que representaban a las universidades de Cornell, Princeton y Pensilvania.

Lia Thomas, un hombre biológico que se identifica como mujer, estableció nuevos récords de la Ivy League en los 500 y 200 libres femeninos y pulverizó numerosos récords de la UPenn en natación femenina.

Ahora, Riley Gaines, una de sus rivales, ha sido muy dura contra su participación en competiciones femeninas: «La integridad de los deportes femeninos se ha perdido», argumenta

Recientemente, durante la presentación de un proyecto de ley en Virginia denominado ‘Igualdad en el deporte femenino’, Gaines ha hecho un contundente alegato contra la participación de la nadadora trans Thomas en pruebas femeninas y contra la National Collegiate Athletic Association (NCAA), rememorando lo que supuso, hace ya casi un año, para ella y otras compañeras competir contra la nadadora transgénero.

«Soy una de las nadadoras de los 200 mariposa más rápidas de todos los tiempos, pero el 17 de marzo del año pasado mis compañeras y yo, y otras nadadoras de otras universidades, fuimos obligadas a competir contra un hombre bilógico llamado Lia Thomas. Permitieron a Thomas competir en división femenina tras hacerlo en el equipo masculino de natación de la Universidad de Pennsylvania durante tres años», comienza su discurso transcrito por ABC.

«Observamos -prosigue Gaines- desde fuera de la piscina cómo Thomas ganaba el título nacional en los 500 estilo libre, derrotando a las atletas femeninas más impresionantes y consolidadas del país, incluyendo a mujeres que sostenían récords nacionales y olímpicos, y considerando que el año anterior, Thomas, como máximo, llegó al puesto 400 y algo entre los mejores nadadores del país en categoría masculina».

El alegato prosigue: «Al día siguiente Thomas y yo competimos en los 400 estilo libre y terminamos empatadas, incluso en las centésimas de segundo. Como sólo había un trofeo la NCAA me dijo que no me lo llevaría yo porque se lo iban a dar a Thomas. Cuando lo cuestioné me dijeron que ella lo necesitaba para la foto. Las políticas de la NCAA lo que han hecho es excluir a las deportistas femeninas».

Las quejas de Gaines no acaban ahí, relatando el hecho de que tuvieron que compartir vestuario con la nadadora trans: «Esto no es todo, además de haber sido forzadas a renunciar a nuestros premios, títulos y oportunidades, la NCCA nos obligó a compartir el vestuario con Thomas, un hombre de 22 años que mide 1,90 y aún mantenía sus genitales masculinos. Permítanme ser clara: no se nos advirtió esto ni se nos preguntó por nuestra aprobación. Puedo confirmar la extrema incomodidad dentro del vestuario cuando te dabas la vuelta y veías a un hombre mirándote cómo te desvestías mientras él se desnudaba. Por lo menos espero que puedan ver esta violación a nuestra privacidad y cómo muchas de nosotras nos hemos sentido incómodas, sorprendidas, avergonzadas, y hasta traumatizadas con la experiencia».

nadadora trans
Lia Thomas junto a Riley Gaines en el podium

Gaines reflexiona sobre el hecho de «el número de deportistas femeninas a las que se les están negando oportunidades o que han sido traumatizadas o heridas por políticas que afirman promover la inclusión, crece a un ritmo alarmante en este país». «La integridad de los deportes femeninos se ha perdido».

La carta de 16 compañeras de equipo

Ese mismo año 2022, una carta escrita en nombre de 16 miembros del equipo de natación de la Universidad de Pensilvania fue enviada a la universidad y a la Ivy League el pasado jueves pidiendo que no se emprendan acciones legales en contra de las nuevas políticas de participación de atletas transgénero de la NCAA.

La carta afirmaba:

«Apoyamos plenamente a Lia Thomas en su decisión de afirmar su identidad de género y hacer la transición de hombre a mujer. Lia tiene todo el derecho a vivir su vida con autenticidad. Sin embargo, también reconocemos que, cuando se trata de una competición deportiva, la biología del sexo es una cuestión distinta de la identidad de género.

Biológicamente, Lia tiene una ventaja injusta sobre sus competidoras en la categoría femenina, como lo demuestra su clasificación, que ha pasado del puesto 462 como hombre al número 1 como mujer. Si fuera elegible para competir contra nosotras, podría romper los récords de natación femenina de Penn, Ivy y NCAA; hazañas que nunca podría haber hecho como atleta masculino«.

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Messerschmidt
    2 marzo, 2023 11:12

    ¿Podríamos ser consecuentes y evitar llamrarle «una» y «nadadora»? Se trata de un varón. Personalmente me niego a emplear el «neolenguaje de género», material y gramaticalmente incorrecto. Lo que hay aquí es un nadador pretendidamente «transexualizado» en nadadora. ¿Es alguien que a toda costa quería ganar, no podía y descubrió un modo de lograrlo? ¿Obtiene beneficios económicos de su éxito deportivo? ¿O solamente es vanidad?

    Los casos de «picaresca de género» tienen su lado humorístico. En Suiza las mujeres se jubilan un año antes que los varones. Un avispado ciudadano suizo cambió de sexo, a efectos civiles, y así pudo adelantar un año su merecido descanso después de una larga y sacrificada vida de dedicación al trabajo.

    En la Argentina, un preso declaró sentirse mujer, cambió de sexo (sobre el papel), se hizo trasladar a una prisión femenina y allí él y una compañera de cautiverio se amenizaron mutuamente la condena, hasta que ella se quedó embarazada. Una historia digna de las memorias de Giacomo Casanova.

    Responder
  • …carta escrita en nombre de 16 miembros del equipo de natación de la Universidad de Pensilvania:
    «Apoyamos plenamente a Lia Thomas en su decisión de afirmar su identidad de género y hacer la transición de hombre a mujer. Lia tiene todo el derecho a vivir su vida con autenticidad.”

    Pues entonces ¿de qué se quejan? Precisamente para “vivir su vida con autenticidad” es por lo que Lia Thomas compite con mujeres y no con hombres, lo cual es una forma descarada de “afirmar su identidad de género”.
    Las firmantes de la carta caen en contradicción: se adhieren a la ideología de género y las leyes que la implantan, pero solo en teoría y para quedar bien con la corrección bien-pensante, porque en la práctica no toleran que una “mujer” compita con ellas y las deje atrás, llegando incluso a aducir, heréticamente, que en realidad es un hombre:
    “…también reconocemos que, cuando se trata de una competición deportiva, la biología del sexo es una cuestión distinta de la identidad de género.”
    Una bonita mezcla, la que quieren combinar estas mujeres deportistas: “biología de sexo”(masculino) e “identidad de género” (femenino). Pues va a ser que no, porque ambas identidades a la vez no ligan. O una o la otra, es decir, o ambas “femeninas” o ambas “masculinas”.
    Y ellas mismas dicen que “Biológicamente, Lia tiene una ventaja injusta sobre sus competidoras en la categoría femenina.” Eso lo dicen porque están resentidas por haber perdido compitiendo con Lia. Muy mal. Que se atengan a las consecuencias: si Lia es del género femenino lo es a todos los efectos, goce o no goce de ventajas biológicas sobre sus competidoras. Hay mujeres, por ejemplo las que compiten en levantamiento de peso, que levantarían a pulso a cualquier hombre normalito y lo lanzarían a metros de distancia, cosa que el hombre normalito no podría hacer con ellas.
    Las suscriptoras de la carta se quejan sin razón. Si quieren tener razón deberían antes denunciar la sinrazón que ha generado esa falacia de que la identidad de género no coincide con la identidad de sexo. Eso, o tendrán que tragar sin rechistar que cada vez haya más hombres que se transmuten en mujeres y compitan con ellas. La sumisión a la ideología de género tiene sus servidumbres.

    Responder

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