El último informe anual de Planned Parenthood ha generado una profunda preocupación entre los que defendemos en todo el mundo.
Según los datos correspondientes al período 2023-2024, la organización abortista más grande de Estados Unidos practicó 402.200 abortos
Se trata de una cifra sin precedentes que representa más de 9.000 vidas no nacidas más que las contabilizadas en el informe anterior.
Además de este aumento en el número de abortos, el informe detalla que
Planned Parenthood recibió 792.2 millones de dólares en fondos públicos a través de reembolsos y subvenciones gubernamentales.
Dicha cifra representa un 39% de sus ingresos anuales. Esta cifra contrasta con los casi 700 millones recibidos el año anterior, que ya representaban un 34% de su financiación total.
La publicación de este informe ha generado fuertes reacciones en el ámbito provida. Se ha denunciado que las interacciones de Planned Parenthood con mujeres embarazadas se centran casi exclusivamente en el aborto, dejando de lado otros servicios esenciales como el cuidado prenatal, la atención tras un aborto espontáneo o las alternativas de adopción.
¿Una organización “de salud” que promueve la muerte?
Planned Parenthood ha buscado posicionarse históricamente como un proveedor de servicios de salud para mujeres.
Sin embargo, los datos actuales reflejan una realidad muy distinta: está centrada en la industria del aborto y cero comprometida con una atención integral.
El aborto se ha convertido en el núcleo operativo de la organización.
A esto se suma una creciente preocupación por la incorporación de agendas ideológicas, como la promoción de tratamientos de cambio de sexo para menores y la vulneración de derechos parentales, financiados también en parte con fondos del contribuyente.
Iniciativas legislativas en marcha
En respuesta a estos alarmantes datos, legisladores provida han comenzado a movilizarse. Un grupo de congresistas republicanos presentó recientemente una propuesta legislativa para desfinanciar Planned Parenthood durante los próximos 10 años.
Esta iniciativa también busca impedir que el dinero de los contribuyentes se utilice para procedimientos de transición de género en menores y reforzar el cumplimiento de la Enmienda Hyde, que prohíbe el uso de fondos federales para abortos, excepto en casos de violación, incesto o peligro para la vida de la madre.
Una llamada a la conciencia colectiva
Desde el punto de vista de una ética basada en la dignidad de toda vida humana, estos datos no pueden pasar desapercibidos. Que más de 400.000 vidas hayan sido terminadas en un solo año, muchas de ellas con dinero público, plantea no solo un problema político o económico, sino un desafío moral de primer orden.
En este contexto, el informe de Planned Parenthood no solo revela cifras: nos interpela a actuar.
Porque cada número representa una vida. Y cada vida, desde su concepción, importa.
1 Comentario. Dejar nuevo
Planned Parenthood debe desbordar de satisfacción y orgullo por haber beneficiado a la sociedad con estos 402.000 abortos, que por si fuera poco superan en 9.000 a los del año anterior, un notable progreso que debería verse premiado con unos cuantos millones de dólares más en subvenciones. Sin embargo, como parece ser que el presidente Trump no estará por la labor, la UE debería organizar una colecta de fondos entre los países miembros más abortistas, como Francia y España, para ayudar a Planned Parenthood en su humanitaria de ayudar a las mujeres a que se quiten de encima a los hijos que no desean. Y no estaría de más que la academia sueca le concediese el premio Nobel de Medicina, o el de la Paz, o mejor, que inventase un premio a posta para esta calaña de organizaciones, por ejemplo, el premio Nobel del Aborto, lo cual, además, redundaría en un aumento de la cifra mundial de abortos con el objetivo de hacerse con el codiciado premio. A ver si clínicas tan mediocres como la Dator de Madrid emulan a Planned Parenthood y se esmeran en practicar más y más abortos y conseguir el Nobel del Aborto, lo que sería un orgullo para España entera.
Al margen de todo ello, subsiste una realidad incontrovertible, y es que el hecho de que organizaciones como esta existan y estén ahí, matando seres humanos a destajo como si nada, indica que la conciencia colectiva se ha vuelto sorda a la llamada de la ética, y solo tiene oídos para esa cosa gelatinosa y maleable que solo habla por boca del consenso mayoritario. Matar democráticamente es el no vas más del crimen perfecto.